Día once mil once de un mes cualquiera del
Calcetin de colorines
lunes, 7 de marzo de 2022
Diario de abordo (XIII)
Diario de abordo (XII)
Día treinta y siete de un mes cualquiera del peor año de todos.
Queridos navegantes de esta locura,
Hay veces en esta tediosa historia, que llamamos vida, en las que las cosas se desmadran. Es como un ataque sorpresa. Estás tranquilamente, con tu dulce copa de ron, y de repente… cañonazos, espadas y tienes que salir corriendo a defender lo que es tuyo, tu tesoro, tus camaradas, tu ron..( sobretodo el ron).
Han pasado unos meses aquí, a bordo de Pesadilla, que yo ya no se casi ni como me llamo. Idas… venidas… abordajes… rebeliones… pérdidas… creo que ha llegado un punto en el que estamos navegando sin capitán. En el que me movía simplemente al ritmo de las olas y todo me desbordaba. He achicado agua, reparado velas, trenzado cuerdas… pero en ningún momento he sentido el timón en mis manos, no he sentido ese control sobre las cosas que pasaban.
Ahora bien, en ningún momento, y esto que quede claro aquí, en ningún instante por pequeño que fuera, he tenido miedo. No me he sentido perdido. Simplemente estaba concentrado en las cosas que me parecían más importantes, he ido solucionando los pequeños detalles, para poder estar hoy aquí, escribiendo con la pluma de Fénix , diciendo que por fin, después de lo que puedo llegar a considerar los meses más caóticos de mi vida… por fin, no quiero ese control. Es horroroso estar 24/7 pensando en que va a pasar, en que hay que hacer o en qué isla está el mejor tesoro o los peores piratas. No quiero estar perdido de nuevo, no quiero tener que tomar decisiones precipitadas, no quiero hacer preguntas sobre un futuro probable, plausible, incierto.
Hace poco, menos de lo que mi mente me quiere hacer creer, tomé una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar. Yo sabía perfectamente lo que quería decir, estaba seguro de cómo enfrentarme a todos los posibles escenarios que mi cabeza podía imaginar, para que no se malinterpretaran mis palabras. ¡Hasta me preparé para luchar sin espada contra el dragón más feroz! ( aunque eso fuera prácticamente imposible) . Fueron días de angustia, de nervios, de miedos, de frustración y de un sin fin de palabras y cosas que no están ni siquiera reflejadas en un diccionario. Y llegué, más preparado que la Marina Real, para enfrentarme a ello, y… bueno … resulta que había más escenarios de los que yo me había podido imaginar. En ese momento paré. Le puse punto y final a todo esto de darle vueltas. Me di cuenta de que todos los días anteriores, esas sensaciones que no se iban ni con alcohol, ese sentimiento amargo que no deseo ni a mí peor enemigo… todo eso… no había servido de absolutamente nada. Estaba desnudo, sin argumentos frente a algo que no me había ni podido imaginar. Se malinterpretaron mis palabras, mis pensamientos y no sabía salir de ahí. Estaba perdido de nuevo.
Queridos grumetes, compañeros piratas, aquí dejo el timón. No voy a echar el ancla porque sabéis que no soy de parar quieto… pero tengo la firme certeza de que las cosas pasan, solas, porque sí… y ya puedes estar preparado para la mayor hazaña conocida en los doce mares o para robar un trago a un pobre bribón embriagado… que nada va a salir como quieres. Que, quien sea, lo tiene todo planeado para que te enfrentes a tus demonios, a tus hadas o a lo que él quiera…
Tendrá sentido, o no, como siempre esto está escrito bajo los efectos de ese dorado elixir que me da la vida. De ese empalagoso líquido del que no puedo escapar. Pero, como creo que es, lo he escrito y si cambio de opinión, os lo haré saber. Mientras tanto, os oigo reír, brindar y cantar, felices por el motín que hemos hecho hoy y solo pienso en que mi lugar… el único sitio en el que quiero estar ahora mismo… es ahi, emborrachandome con vosotros… y el mañana… ¿Quién sabe cuándo será el mañana? ¿Quién sabe si nos colgarán por piratería o seguiremos siendo los más mejores piratas de los 12 mares? Yo, sinceramente, no lo sé. Y leer bien atentos estas palabras: tampoco lo quiero saber.
Encontrado, pero siguiendo buscando vuestro capitán,
Piter
A una princesa (XI)
Pequeña,
Yo, que me pensaba un poco más cerca de la Isla de Aribudas y resulta que cada vez estoy un poquito más lejos. No sé, ni siquiera, por dónde empezar esta pequeña, pero increíble, historia. ¿Porqué no lo hacemos desde el principio, inicio temporal, organización cronológica? Aún de esta forma, me cuesta encontrar como dibujar estas palabras, como encontrarle sentido a todo lo que me dice la cosa esa llamada mente. Y mucho menos, como transmitirtelas para que desde tu torre las veas, las asimiles o siquiera las entiendas. Si no me entiendo ni yo mientras te escribo todo esto, como puedo pretender que lo hagas tú.
Hay personas en este mundo que están consideradas como valientes. ¿Pero que significa eso? ¿Salir de lo que cotidianamente se llama Zona de Confort? Ultimamente, me han repetido mucho eso de que soy valiente, y sinceramente, no se que significa. ¿Que si me considero una persona valiente? Socialmente, me han dicho que si. Personalmente, estoy igual de perdida que en el resto de aspectos de mi vida. Creo, fielmente, que ser valiente es enfrentarte a situaciones que te generan duda, sea cual sea la respuesta. Simplemente el hecho de agarrar esa duda, ponerla frente a ti y decirle: «puedo contigo». Desde hace poco, empiezo a creerme que soy valiente. Menos dudas planto sobre mi valentía.
Hay un hecho, un relato, que me gustaría que conocieras sobre los últimos sucesos por el mar Otropica. De ello, saca la conclusión que quieras, entiende y comprende lo que mejor te parezca, pues hay cosas en esta vida que no se entienden de forma aislada, si no que necesitas todo el conjunto para ponerlas en orden, para que adquieran ese sentido que nos quita la duda, y que hace las fábulas veraces.
Ella estaba allí, tumbada, rodeada de gente desconocidamente maravillosa. Confiando plenamente en dos seres que acababa de conocer. Ella estaba ahí, enraizandose con el suelo, sintiendo como el aire llenaba sus pulmones y su estómago. Concentrada en ello y divagando sobre ello. Gestionandose.
Empezó a sentir como su cuerpo se partía en dos mitades. Como cada una se movía sin sentir ningún apego por la otra, como si no pertenecieran al mismo cuerpo. Indiferentes. Ella se concentraba. Sin darse cuenta de como, se encontró con los brazos ligeramente por encima de la cabeza, las palmas de la mano hacia el cielo, su cuerpo en el suelo. Notó una energía emanando de sus manos, hacia el cielo, con fuerza, brillante y poderosa. Pronto, toda ella comenzó a rodearse de esa poderosa luz. Cada milímetro de su cuerpo, recoveco y pequeña imperfección, se encontraba bañada por eso, todo.
A su mente, recurrieron enseguida, imágenes de sus inseguridades, de sus fobias, de todas aquellas cosas que te hacen respirar aceleradamente, que te hacen perder el sentido y rezarle a aquellos dioses en los que no crees. Pero no se iba a poner a implorar a nadie, ella era la única dueña. «Cómeme, aplástame, trágame o haz conmigo lo que quieras, no te tengo miedo», no paraba de repetirse mientras aparecía todo lo oscuro. Gente iba y venía a su alrededor. Movimiento por doquier, y a su vez, calma. Nunca se había sentido tan poderosa, tan tranquila y tan… tan… valiente.
Pasó la tempestad, no sería nadie capaz de relatar cada segundo de lo que allí surgió. Recobrando el sentido, apaciguando la respiración, notó que la desigualdad de su cuerpo no era aleatoria, que estaba abriéndose paso algo de sus entrañas. No se asustó. No tuvo miedo. Recordó como era sentirse valiente, rodeada de esa luz amarilla. Pronto, brotó de sus entrañas una mariposa. De cuerpo negro, alas generalmente moradas pero oscurecidas en sus extremos, en todo el borde. El insecto, se le posó sobre su frente, como un ligero beso. Y se fue libre.
Todo parecía acabado. Recobraba el sentido. Y volvió la energía amarilla. Pero esta vez no era inmensa, era una pequeña canica. Se metía por su oído izquierdo y recorría toda su cabeza. No tenía prisa, no se quería dejar ningún recoveco. Jugaba con ella, con su atención, se escapaba y se escondía, cuando ella pensaba que la había perdido, vibraba más fuerte para que volviera a encontrarla. Pasaron unos minutos jugando, hasta que la bolita se marchó, por su oído derecho.
Pronto, abrió los ojos, y ya no era ella.
Esto es todo lo que te puedo contar, por ahora. Creo que me he excedido demasiado en esta carta, no quiero sobrecargar al hada mensajera que te transportará este mensaje. Quiero, deseo, que todo el tiempo que mantengas esto entre las manos, aceptes. No hay bueno ni malo, no hay mejor ni peor, no hay verdades absolutas ni certezas a medias. Hay lo que tú quieras que haya, hay tu verdad.
Todas mis cartas, intentan enseñarte algo. Pero esta es todo lo contrario, todas las dudas están abiertas. Esta es solo un principio. No se de qué. No se cuándo llegará el nudo, y menos el desenlace. Solo sé que ahora toca eso, empezar. Comenzar a ser valiente, iniciar la valentía, originar el final de las dudas. No desesperes, pronto te contaré la historia de Marta.
Enamoradamente perdido,
Te quiere y siempre te querrá,
Piter.
Diario de abordo (XI)
Día quinientos siete de un mes cualquera del año en que… yoquesequé
Queridos Navegantes de esta locura,
¡No se que pasa!, os prometo que no sé que narices pasa… Yo cería que ya estaba por encima de todas esas cosas, que nada podría ya perturbar mis sueños y mis objetivos, pero derrepente… PUM, PIM, PAN! Y nada más. Llevo pensado semanas en la Isla de la Etrope. ¿Porqué? ¿Porqué a mi que estaba tranquilo? No lo entiendo…
Y ahora os preguntaréis que tiene todo esto que ver con vosotros, pues bien mis grumetes, mis piratas de pacotilla, no puedo hallar norte posible que no tenga que ver con esas estúpidas coordenadas. No puedo dirigir mi brújula a otro destino que no esa ese… Cuando estamos en la bódega bebiendo Ron, no puedo dejar de pensar en la Isla de Etrope… Y aunqué no estoy seguro de hallar ahí tesoro alguno, no puedo dirigirme hacía otro lugar.
Mis grumetes, mis navegantes… no puedo hacer otra cosa, no se que me pasa, como ya he dicho en anteriores veces, hay un nosequé y un queseyó que yoquesé… y no quiero anticiparme y que me pille el Kraken, no quiero despistarme y que conquiste la Isla Juan VII , pero tampoco sé como acercarme a esas fauces que me impiden tocar la ocre arena que rodea la Isla.
Simplemente, cuando me acerco a ella brevemente, en mí, en mi mente… se activa una glandúla, hallada desaparecida, que me deja tonto. Como si fuera burundanga o como si me hubiera bebido doscientos barriles de Ron, me pierdo… Soy el objeto/persona/ser mas feliz del planeta tierra y a la vez el más temeroso. Tengo, a partes iguales, miedo y ganas de ilusionarme. Estoy triste y a la vez contento… ¿Se puede ser más bipolar? Creo que no…
Espero que esto se pase, que sea una racha. Que conquistemos Etrope o no… pero que suceda algo.
Perdido e ilusionado vuestro capitan,
Piter
29 de Marzo
Todo empezó un 29 de Marzo, buscándome perdida. Quiero parar el tiempo, para poder asimilar todo lo que esta ocurriendo. Series de acontecimientos que en mi búsqueda no consigo encajar. Quiero detener este momento y apreciar cada uno de los matices de lo que esta pasando. Quiero disfrutar de esto. Y me muero de la rabia ahora por dentro, porque en la ducha me ha venido este texto perfecto a la cabeza, y no soy capaz de recordarlo. Por eso, quiero ralentizar los minutos, para disfrutar de lo que me sucede, para actuar en consecuencia.
Todo empezó un 29 de Marzo, todo esta ocurriendo, cosas «buenas», cosas «malas» y cosas «intermedias». Al fin y al cabo cosas, y no puedo más que decir que soy jodidamente feliz. Estaba completamente perdida, en cada uno de los ámbitos posibles de mi vida, y ahora lo estoy, y muy probablemente mucho más que antes, pero soy feliz estandolo, dejándome llevar por lo que esta sucediendo, sin más pensamiento que el de disfrutar. Por primera vez, desde hace mucho, he recuperado mi muchedad, mi zsa zsa zsu y todas esas palabrejas que nadie entiende y que he intentado explicaros en varias ocasiones.
Sé que quienes leéis esto me conocéis, muchos sabéis, o creéis saber más de mi que yo misma, otros solo tenéis una ligera imagen de lo que soy. Sé que cada día os cercioráis más de que estoy loca, pero no me importa. No solo porque las mejores personas lo están, si no que por fin puedo confirmar que soy yo. Que no me importa si llevo unos zapatos rosas con un vestido rojo, si bailo por la calle pareciendo una loca o cualquier pequeño detalle que antes me ataba. Que mi verdad es una y que no me importa si tu verdad no se parece a la mía. Y no voy a mentirme, a intentar modificar mi verdad para que encaje en la tuya. No voy a pararme, porque perdí los frenos en Gredos.
Todo empezó un 29 de Marzo, y no os pienso explicar que es ese todo. Hay parte que me ha ocurrido a mi sola, hay parte que ha sido provocada por otra persona y hay parte en las que varios estáis involucrados. Y solo puedo ser capaz de deciros que gracias. Gracias a los «buenos» y gracias a los «malos». Gracias a todos los que habéis formado parte de los 789 millones de segundos que están a punto de cumplirse en mi vida.
Todo empezó un 29 de Marzo, y no tengo ni idea de como empezar a explicaros que es ese todo. No tengo la verdad absoluta, ni estoy descubriendo el sentido de la vida. Solo creo que sé a ciencia cierta, que estar feliz no es llevar una sonrisa constante en la cara, reir a carcajadas. Mi nuevo concepto de feliz, encaja con el llanto más amargo y los nervios más intrínsecos. Ese es mi nuevo concepto. Quizás, y estoy completamente segura, de que el término al que me refiero es diferente y que todo este concepto de felicidad que os estoy describiendo no es eso, es otra cosa. Así que, si me quieres dar otro que me encaje, estoy dispuesta.
Todo empezó un 29 de Marzo, oscuridad, música agradablemente extraña y desde entonces solo queda una cosa que me importa en este mundo, solo una. Mi mariposa.