jueves, 14 de abril de 2016

cosas de hermanas, supongo.

Echemos la vista atrás, unos 18 años. Lo mejor que podía pasar, era encerrarme en la habitación de los juguetes con mi hermana. El tiempo se detenía, y en cada resquicio de esas cuatro paredes, lo único que se respiraba, era un mundo totalmente diferente. Lo único que podía existir, era lo que nuestra imaginación nos dictara. Y tenían que venir tus padres, a sacarnos de ese cuartucho para que nos fuéramos a dormir, porque si fuera por nosotras, estaríamos eternamente en ese tiempo detenido. ¿El dinero del monopoly? Me río, los mejores billetes eran los que imprimíamos en nuestra propia casa, podíamos comprar desde un bote de Actimel en miniatura, hasta el ordenador más chulo. Os quiero hablar de este último objeto, puesto que, no era más que una simple libreta en la que cada página te abría un nuevo mundo lleno de posibilidades, desde diseñar ropa, a ser médico, a hacer la compra. Cada página con su marcador y perfectamente señalizado en el súper escritorio al que no se le podía cambiar el fondo. Otro objeto digno de mención, era aquel al que fueron a parar todos nuestros ahorros. Una caja de supermercado, que leía los códigos de barras (y de cualquier cosa que pusieras encima), la cual te decía el precio totalmente aleatorio de cada producto. Junto con ella, compramos un lote de productos reales en miniatura, que es lo mejor que he tenido en mi vida. El paquete de café, contenía granos que al contacto con el agua, esta, se volvía marrón. Y los mini Petit-suise... arrrrrgggg, era lo que más ilusión nos hacía en el mundo, junto con los sellos de animales y las Barbies, supongo que... cosas de hermanas.

Dejemos una de las mejores épocas para adentrarnos en otra diferente. Echa la vista solo diez años atrás. Puta adolescencia. Los juegos se convirtieron en peleas y gritos. Pocas otras cosas sabíamos hacer juntas. Bueno, siempre quedaran las cenas en las que acabábamos tiradas por los suelos de la risa, junto a tu padre y a tu madre. Cosas de hermanas, supongo. No voy a entrar en más detalles de esa oscura etapa, porque mi Fotolog ya es lo suficientemente duro como para seguir explicándola.

Bien, ahora que ya estamos en el presente... ¿Te has saltado muchos años?, os preguntaréis, y es que se me ha olvidado el momento en el que te convertiste en el máximo apoyo. Empezaste queriendo que saliera de fiesta con tus amigos, me integraste en el grupo de las primas, te enfrentaste a una chica que se metía conmigo... cosas de hermanas, supongo, Hace poco, me mandaste un Whatsapp, pidiéndome perdón por todas las peleas de pequeñas, y  me he dado cuenta de que yo también te tengo que pedir perdón por muchas cosas... como tirarte un vaso de Colacao en la cabeza (solo el líquido, no os preocupéis), mis cabreos una vez al mes, gritarte de todo a la cara porque la confianza da asco y llamarte algo que nunca he pensado que fueras. Pero lo que más tengo que hacer es darte las gracias. Simplemente por estar, por quererme, por ser mi buscador de soluciones favorito, por preocuparte por mi, por abrirme camino... ya hice una lista de estas cosas en un cumpleaños tuyo, por lo que solamente me queda decirte una cosa más:

ERES LA HERMANA MÁS MARAVILLOSA DE TODAS LAS HERMANAS DEL MUNDO.... me cago en los Power Rangers.

Y a día de hoy, eres de las pocas personas con las que puedo contar en cada segundo de mi vida. La única que, cuando la llame, en vez de decirme lo que quiero oír, me va a buscar soluciones. La única, a la que le dejo un cachito de mi cama cuando aún estoy medio dormida, simplemente para hablar. La única que me da consejos de patinaje y hace que la pasión siga viva. La única que sabe todo lo que siento. La única que sabe ser fuerte, cuando nadie más lo puede ser. La única que me hace ser fuerte, cuando todo se me viene encima. Pero sobretodo la única, a la que quiero llamar hermana. Muchas veces dice que te copio, y he de admitir que es verdad. Eres todo un ejemplo a seguir, y de mayor quiero ser como tú.

También sé, que estas cosas te dan un poco igual, pero necesitaba escribirlo aquí. GRACIAS.

P.D.: Purpurina por doquier, y me da igual, porque te quiero.
P.P.D: Aunque nunca olvidaré que intentaste asesinarme con un Chococrispie.