lunes, 3 de octubre de 2011

Cosas que nunca te dije.

Cuando arranca el autobús se te viene a la cabeza las millones de frases que le tenias que decir. Quizás sean cosas importantes como te quiero, no quiero que te vayas, eres mi héroe, te necesito o cosas menos vitales como yo te copie los apuntes, se me olvido regar las plantas o yo te rallé el coche.Pero nunca antes te habías planteado como decírselo, hasta ese momento, cuando le ves alejarse.

En este momento solo te quedan dos opciones, salir corriendo a comprar un billete para el próximo autobús hacia el mismo lugar o utilizar uno de esos medios electrónicos que han hecho del mundo un sitio más global. La primera, es la opción de Hollywood, esa que sale en todas las películas, es más, en el cine se exagera ya que ¡¡¡CONSIGUEN BILLETES DE AVION!!! y  no tienen ningún reparo en comprarselo. Pero, amigo, en la vida real no es así y muchas veces no nos queda mas opción que la segunda. Quizás, la menos romántica, la menos "humana" pero la única que nos hará quitarnos ese "come come".

Después de verle alejarse, y haber decidido como contárselo, te falta lo más difícil, quizás lo que te provoque mas quebradero de cabeza: Exactamente ¿Qué le digo?. Ensayas mil veces delante del espejo, te sientes ridícula mucha de ellas, pero otras te ves llena de fuerza y valor para decírselo. ¿Tan difícil es decir unas cuantas palabras?. En estos momentos esperaras una respuesta como :"Sigue a tu corazón" o "Dejate llevar" pero como bien hemos aprendido eso es más difícil que leer a Maquiavelo. Mi consejo es que lo medites bien, que hagas esquemas y que te sientes detenidamente a saber que le vas a decir.

Una vez decidido todo esto, nos queda saber a quien se lo vamos a decir. Pensareis que es claramente a la persona que se ha ido en ese autobús. Pero no hemos dicho en ningún caso quién es. La verdad en cada párrafo nos sirve para una persona diferente o para la misma, un amigo, un novio, un exnovio, una madre, un hermano, el compañero de piso, una abuela, una tía o un padre. Da igual ya que siempre nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos, y ahí es cuando nos damos cuenta de que hay cosas que nunca te dije.