miércoles, 2 de enero de 2013

Mis paraisos

Ha empezado un nuevo año, el cual tiene pinta de que vendrá cargadito de sorpresas y cosas emocionantemente nuevas.
Al aceptar mi "huida" a Honolulu, acepte muchas cosas, no solo el irme a perseguir mi sueño (Laboralmente hablando), también a dejar atrás  escapar, de muchas cosas. Mi familia, mis mejores amigas, mis amigas, aquel chico, las comidas familiares, tener a mi abuelita, mi tita y mi prima a una hora de casa, deformar las escaleras, pasear por la ciudad, quejarme de lo mucho que odio dicha ciudad,mi habitación, tantas y tantas cosas. Sin embargo, al principio se me hizo fácil, creí que no me iba a costar tanto. Cuando venia, era el paraíso.
Llevo aquí dos deliciosas semanas, disfrutando de algunas de esas pocas cosas de las que algunos dicen que huí... Y ahora, en vez de poder disfrutar de lo poco que me queda aquí durmiendo en mi acogedora y maravillosa cama, estoy casi llorando con un enorme nudo en el estomago. En tres horas me tengo que levantar y no me apetece acostarme aunque me muero de sueño. Y es que no quiero dejarlo todo otra vez, pero a la vez deseo volver a mi Honolulu...
Como ya sabéis  odio las despedidas... Pero hoy la necesitaba. Necesitaba decirle a mis locas, que las quiero con locura y que aunque sea borde voldemort por whatsapp, las necesito a cada instante cuando estoy allí. Necesitaba despedirme de mi casita, en sí, es un mazacote de ladrillo y cemento, pero para mi, esquinas llenas de momentos: La cocina en las que tantas veces me he caído al suelo muerta de risa en la comida de los fines de semana, el cuarto en el que he tenido charlas magnificas con mi hermana, la habitación en la que abrías la puerta y eras capaz de estar en una tienda, o en otra casa, o simplemente haciendo el idiota con tus amigos. Pero sobretodo mi cuarto, mi esquina de la cama, donde se ve toda la habitación  abarrotada de trastos para millones de personas, pero llena de recuerdos para mi. En estas 4 paredes esta encerrado lo que soy, pellizquitos de mi vida.
Hoy 1 de Enero del 2013, ha sido uno de los días mas duros. Me he dado cuenta de que no puedo irme de aquí sin estar triste, como si no pasara nada, como hacia cuando venia un fin de semana. Os echo tantísimo de menos que no podéis haceros ni una ligera idea.
Os preguntareis porque he llamado Honolulu a aquel otro sitio... Es muy sencillo, porque aquel otro sitio es mi pequeño pero imperfecto paraíso y allí se esconde lo que seré. No digo que vaya a quedarme  eternamente, pero estoy casi segura de que me espera algo grande en estos cuatro años. Personas, lugares, lecciones... Por que por muchísimo que me duela irme de mi casa, de lo que soy, allí me espera un futuro intrigante.