viernes, 25 de enero de 2013

Phyxius

          La misma chica de las ultimas semanas. Una de lo más normal que os podéis imaginar. Morena, ojos marrones y pelo ligeramente rizado. Nunca te girarías para mirarla por la calle. Encerrada en las mismas seis calles toda su vida, pero sabiendo que existen otras que la conducirán a un sitio donde no será más del montón.

          Miedo, excitación, vergüenza, nostalgia... son algunos de los sentimientos que aparecen cuando ves el Phyxius. ¿Qué que es esta palabreja?. Es ver más allá de lo que tus ojos te dejan ver, mirar con previsión de futuro pero sin abandonar el presente. Coger tus alas y salir a volar. Dejarte llevar por todas aquellas cosas que quieres hacer, sin importar el que dirán, que pensarán y a quién estas dejando atrás. Un suspiro que se lo lleva el viento, mientras tú, ligeramente aterrado, te dejas llevar por esas partículas de aire hacia algún lugar.

          Hay una parte, dentro de este extraño nombre, que te deja perplejo. Y es que una vez que ha salido a la luz, si no lo aceptas, nunca lo vas a olvidar. Te puedes arrepentir, te puedes quejar, puedes intentar volver a encontrarlo, pero siempre tendrás ese noseque que hará que nunca olvides la primera vez que lo olvides y que lo dejaste escapar.

          Ella había escuchado, visto y sentido aquella cosa tan extraña. Y tenía que tomar la decisión de si seguirla, dejar que la llevara volando o quedarse en tierra. Ahora todo el mundo se giraba por la calle a mirarla, iba andando con las alas en las espalda. Dejó de ser la típica chica de aquel típico lugar, para convertirse en una seguidora del Phyxius. Dejo demasiadas cosas, que quizás nunca se había planteado abandonar. Se fue de aquellas monótonas calles.

          Nunca pudo hacer nada mejor. Emprender el vuelo.

   

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