En esa especie de
burbuja que hay debajo de las sábanas. Esa que cuando uno de tus pies (inocente
él) decide traspasar, hace que tus ganas de quedarse dentro aumente notablemente. ¡ Qué calentito se está
en la cama! Mientras ves el amanecer por la ventana… colores pastel por detrás
de la montaña de Monserrat… mmm… solo falta que alguien traiga un chocolate
calentito…
-
¡¡¡¡¡JEFRY!!!!!
– Mierda, le despedí porque se olvidó mi millón de Euros para las compras…
Bueno, a lo que íbamos… en mi perfecto pedacito de
paraíso, pensé en ti (raro, lo sé). Me di cuenta que muchas veces pienso en ti
(cosas rarunas que pasan en la vida). ¿Y qué pensará? Te preguntarás tú, ser
ansioso del planeta tierra que no sabe esperar. Bueno pues llegué a la
conclusión de que cada día me gustas más.
No se que es, es una mezcla entre un noseque y un
queseyo que yoquese. Son esos detalles, mmmm… benditos detalles, que te hacen
especial. Es esa sonrisa, ese intento de sorprender cada día, la forma en la
que das las buenas noches, es la manera tan divertida que tienes de hablar, es
tu mirada, tus ojos, tu monisidad integrada de una forma muy especial en una
parte de ti. Son tantas cosas que nunca podría para de numerar los detalles, me
encantan los detalles.
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