Hay paisajes que te sorprendes, llegas a la cima de una montaña, miras a tu alrededor, todos parecen pequeñas hormigas y tu estas ahi, encima de todos, por un momento te sientes libre, sientes que eres dueño de todo.
Este sitio no era ni mucho menos como esa montaña. Era un banco mas, en medio de un parque como el que seguramente hay cerca de la casa de cualquiera. Estaba alli sentada, leyendo todos sus mensajes, no eran mensajes de amor, n siquiera terminaban con un tequiero, pero eran sus mensajes. Frases sin mas, que para nadie tenian sentido, pero para el y para ella eran un mundo. Significaban millones de pequeñas anecdotas, sentimientos, momentos...
No queria volver a casa, encender el ordenador y darse cuenta, de alguna manera, que el ya no estaba alli con ella.
Eran amigos, sin mas, pero esa amistad era tan grande para ella que no hablar con el, no sentir que le tenia, no poder contar con el, era peor que morir en ese momento. Llevaba semanas sin hablar con el. No sabia porque pero el ya no la llamaba, no le cogia el telefono y no la contestaba a sus mensajes. No habia nada mas que ella pudiera hacer para que el volviera.
Pasaron horas viendo fotos, leyendo mensajes, viendo videos... Cuando volvio a casa, habia una carta para ella. Era de èl.
Podria escribir esa carta con las mismas palabras con las que el se la escribio. Aquellas palabras que desgarraron poco a poco su corazon, que se clavaron en su corazon como espinas. Solo decia cosas sin sentido, palabras que formaban frases que dolian como las que mas. No queria darse cuenta de todo lo que estaba sucediendo.
Pasaron dias, dias en los que ella no paraba de llorar por los rincones, semanas en las que solo lloraba y lloraba. No podia seguir asi y solo èl podria curarla, pero el le habia dejado claro que no queria volver a hablarla. No sabia porque, no habia habido ni una sola explicacion...
No podria escribir ningun final, ya que todavia no hay finales posibles.
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