Acurrucada entre tus brazos, mirabamos el mar. Pudieron pasar horas, que no importaba... solo tu y yo y nadie mas, pensando en que todo esto seria eterno. Empezaste a jugar con mi pelo entre tus dedos, yo disfrutaba del momento mas magico de mi vida. Te mire, me miraste,en tus ojos veia millones de momentos, a cada cual mas especial, pero ninguno como este. Ya no eras solo un amigo si no que cuando quisiera podia besarte. Solo pensaba en ti. Dejaste mi pelo, me cogiste la cara y la acercaste a ti. Nos besamos, millones de mariposas revolotaban en mi estomago. No queria que ese beso terminara, que ese momento se descongelara, no queria separarme de ti nunca, nunca, nunca...
Nueve de la mañana, de un sabado cualquiera, como uno de los 38 sabados que paso en casa. Me desperte. Y me di cuenta de que ese momento no existia, que mi subconsciente me habia hecho lo que llevaba haciendo todas las noches desde que me marche de tu lado. Me quede tirada en la cama, con la luz apagada, pensando en ti, pensando en lo increible que hubiera sido estar cn tigo asi, un momento. O no tenia por que ser asi, si no como siempre, tu y yo haciendo el chorra. Pero sin embargo, aqui estaba yo tumbada, con lagrimas recorriendo mis ojos y alli estabas tu a 500 kilometros de mi, seguramente durmiendo, y sin saber todo lo que yo nunca te habia dicho y nunca te dire.
Pero ahora me pregunto, ¿Porque hay sueños, que cuando te levantas, parecen que eran de verdad?
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