Era invierno, pero ella estaba en la playa. Se oian las olas, las gaviotas, la gente que paseaba, era como un dia de verano pero con aire en la cara. Habian pasado tan solo unos pocos dias del nuevo año y queria que su suerte y su camino cambiaran totalmente.
Respiro y, sin importarle lo mojada que estaba la arena, se sento. Atónita, miraba al mar y a los barcos. Podia oler algo que no era el humo de Madrid. Se sintio libre y empezo a escribir todo eso que la hacia especial. Todo eso por lo que millones de veces sentia que no encajaba, por lo que millones de veces sonreía y por lo que tambien lloraba. Por lo que sus amigos la querian y muchos otros la envidiaban. Despues de anotar aquellas cosas, se le vino a la mente èl. ÈL, el mismo al que queria matar 3 horas al dia pero que las 21 restante queria verle. Aquel que habia descubierto el superglue y se habia quedado pegado en su cabeza para siempre. El mismo que hacia promesas eternas sin sentido alguno. Aquel, cuyo nombre aparecio en la pantalla del telefono en ese mismo instante.
Dudo si cogerle el telefono, pero como siempre se lo cogio.
Una conversacion normal, monotona que como siempre acabaria en el tiempo. Pero no llego a ese tema. El derrepente dijo algo como, que bien te queda ese jersey o ten cuidado que por la derecha viene un perro. Ella se levantó y miro a todos lados pero no le veia. Se empezo a asustar y el colgo. Seguia dando vueltas sobre sí misma intentando averiguar si el estaba ahi o era solo cosa del azar.
Unas manos frias, unos ojos conocidos y un beso que le recordaba aquella primavera. Sabía que el podía hacerla enfadar, llorar o rabiar, pero aquellos besos significaban lo que el verdaderamente queria decir, que la queria.
P.D.: Pa la alienigena melocotonada porque dice que soy deprimente y que solo escribo cosas tristes... esto no es triste no? Tequiero estupida.
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